Rubén Darío Leguizamón Bonilla es todo una “joyita”. La ciudadanía lo identifica como un expendedor de drogas de la calle 12 con carrera 10, de Pereira. Sin embargo, un juez le dio libertad pese a que le hallaron 260 dosis de bazuco.
El pasado 21 de abril, una patrulla que realizaba sus labores en el barrio La Paz lo vio con actitud sospechosa. Uno de los uniformados bajó del vehículo y solicitó una requisa. Al revisarlo, le hallaron las dosis, listas para la venta.
Según, tiene 20 años y es una persona en condición de calle, aunque muy conocida entre los consumidores que hacen vida en ese sector. El día la captura, al parecer, estaba vendiendo drogas en el mismo lugar donde lo interceptaron los policías.
“También se dedica al hurto y representa un peligro para la seguridad de la gente que transita por ese sector”, le dijo una fuente policial a Noticias360 Digital.
Tras la presentación ante las autoridades judiciales, el hombre quedó libre y no aceptó los cargos. Según los que habitan en el sector, dicen que aparte de expendedor también se dedica al hurto, intimidando con armas blancas.
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