Con la gracia propia de una joya en movimiento, el trofeo de la Copa América ha hecho su entrada triunfal en tierras colombianas este lunes, como parte de su itinerario por el majestuoso escenario sudamericano, anticipando el fervor del próximo torneo que se avecina en los Estados Unidos.
Esta pieza, coronada con la distinción de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), fue un regalo de excepción del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, con un valor estimado de 3000 francos suizos.
Es una maravilla de orfebrería que fusiona oro, plata y bronce, reposando con dignidad sobre una base de madera que rinde homenaje a cada uno de los equipos campeones de las 47 ediciones precedentes.
El campeón actual tiene el privilegio de custodiarlo temporalmente hasta la próxima justa, momento en que retorna a la órbita de la Conmebol. A cambio, un ejemplar fiel, una réplica, se hace presente para honrar la gesta del nuevo campeón.
Forjado en los talleres de la Casa Escasany de Buenos Aires entre los años 1916 y 1917, este trofeo encarna la esencia misma del fútbol sudamericano, trascendiendo como un símbolo de excelencia deportiva.
En una ocasión tan especial como la Copa América Centenario de 2016, emergió un trofeo especial, una reliquia conmemorativa, que Chile, laureado en aquel certamen, abrazó como su tesoro perpetuo.
Desde 1997, el subcampeón es honrado con el Trofeo Copa Bolivia, un tributo merecido al esfuerzo y destreza demostrados durante la competencia.
Este tesoro deportivo, tras un reciente renacer en los talleres argentinos, ha sido engalanado con nuevos nombres de campeones, realzando su belleza y significado. Con una envergadura de 11.87 kg y una estatura de 30 centímetros, impone su presencia con la elegancia de una obra maestra.
En el panorama global, la Copa América brilla con luz propia, eclipsando incluso a la Copa Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos en frecuencia de celebración. Junto a sus pares, la Copa Mundial de Fútbol y la Eurocopa, se alza como uno de los eventos deportivos más preeminentes, trazando su estela en la historia del balompié mundial con un orgullo inquebrantable.
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