La mañana de este miércoles, Guillermo Guatiquí, otro menor de edad, bajó por sus propios medios hasta el puesto de salud de Santa Cecilia. Al parecer, le diagnosticaron malaria y a las 7:45 de la noche falleció en su vivienda.
El próximo mes de abril, el joven cumpliría 16 años. “Ayer al niño lo bajaron de Cortijos. Al mediodía ya estaba de regreso a la casa y casi no podía caminar. Aún así lo mandaron para la casa”, dijo el padre en un mensaje telefónico.
Este sería el décimo menor que pierde la vida este año, en menos de dos meses, en las comunidades indígenas de Pueblo Rico, producto de la crisis sanitaria.
Educadores de la vereda Cortijos, donde se produjo el fallecimiento, señalaron que hace falta un microscopista para analizar los casos más graves, debido a que sólo así se pueden detectar las urgencias.
“Aunque nos facilitaron pruebas rápidas, hace falta un especialista que determine quiénes son las personas más graves que requieran rápidamente de un tratamiento”, dijo una líder.
Los que lo conocían a Guillermo, aseguran que era un joven, aparentemente sano, pero se había visto enfermo desde hace algunos días.
Según, el estudiante buscó ayuda médica y fue diagnosticado con la enfermedad, lamentablemente, el tratamiento llegó demasiado tarde para salvar su vida.
“Es increíble que en pleno siglo XXI sigamos teniendo víctimas por malaria en las comunidades indígenas. Esto es una crisis a la que no le están poniendo el cuidado que se merece”, agregó una líder de esa comunidad.
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