Una verdadera tragedia viven dos familias en Pereira tras la muerte de una menor de 16 años y el posterior suicidio de quien, presuntamente, era su compañero sentimental. Los hechos ocurrieron este domingo entre la madrugada y el mediodía. La policía investiga qué pasó y cuál es la verdadera historia.
A las 02:40 de la mañana se reportó que la joven Danna Michell Galeano Bermúdez se encontraba, seriamente lesionada y sangrando, en el puente Trocaderos que conecta con el corregimiento de Altagracia y el sector de la Gramínea. Tenía una herida a la altura del fémur, en una de sus piernas.
La versión de la familia indica que la joven había pedido permiso para ir al cine, aún no se sabe con exactitud qué pasó y bajo cuales circunstancias resultó lesionada por arma cortopunzante. Lo que sí se pudo determinar es que vivía junto a sus padres en la manzana 5 del barrio Montelibano, Cuba.
Tras el incidente la trasladaron de emergencia al Hospital San Joaquín, pero debido a la gravedad de la lesión tuvo que ser remitida a la clínica San Rafael de Pinares, donde rápidamente los médicos la ingresaron a cirugía, pero a las 05:50 de la mañana los mismos galenos declararon su muerte.
Allegados a los dos jóvenes contaron otra versión. Según, Danna y su novio habían protagonizado una discusión y, en la pelea, ella resultó herida con arma blanca. Según, él mismo la llevó al hospital y cuando se enteró de la muerte de la joven, decidió quitarse la vida.
Lo que sucedió 40 minutos después empeoró la tragedia. Según, Edwin Andrés Carbonell Pachón era el novio de la joven que recién había fallecido y, en medio del dolor por la pérdida, habría saltado desde el tercer piso del centro de salud.
El joven tenía 24 años, era natural de Ibagué, Tolima, y laboraba como ayudante de construcción. Según el dictamen médico presentó fractura en ambos brazos y trauma craneoencefálico severo. Posteriormente, a las 11:30 de la mañana falleció.
En redes sociales circuló un video en el que se ve claramente cuando el joven se arroja al vacío desde una de las ventanas del edificio donde funciona la clínica San Rafael.
Comparte esto: