La coordinadora de la Veeduría Departamental para la Atención de las Violencias contra la Mujer dijo que a Risaralda le falta mucho para mejorar en materia de equidad de género. “Para mí el panorama de violencia contra la mujer, no es muy alentador”, dijo a Noticias360 Digital.
Zuluaga fue enfática al señalar que la realidad presenta desafíos preocupantes. “Aunque se han implementado procesos, proyectos y medidas, la situación dista de ser alentadora”. Según informes de la Fiscalía, sólo dos feminicidios se han registrado este año, pero para ella, esto es solo la punta del iceberg.
“Hay muchos delitos cometidos contra las mujeres”. Recordó la desaparición, aún sin esclarecer, de Diana Marcela Camargo y el asesinato de Laura Manuela Grueso, cuyo principal sospechoso ni siquiera está vinculado al caso.
Para la abogada, la incertidumbre agrava la inequidad. Pues, el índice de tentativas de feminicidios en 2023 refleja un aumento, subrayando la urgencia de abordar este problema de manera integral.
Agregó que el panorama de equidad de género en Risaralda revela la necesidad de estrategias coordinadas y perspectivas claras. “A pesar de los esfuerzos institucionales, es crucial que funcionarios y aquellos con influencia en derechos humanos y equidad de género comprendan la perspectiva de género e interseccionalidad”.
Este último concepto, a su juicio desconocido por muchos, debe ser entendido para diseñar estrategias que aseguren igualdad real para las mujeres en la región.
La falta de equidad no es uniforme; las oportunidades difieren entre zonas urbanas y rurales. Por eso, subraya que se requiere de un esfuerzo conjunto de todas las secretarías para elaborar proyectos que promuevan la igualdad material.
“Este desafío no recae únicamente en los enlaces de género; es una responsabilidad colectiva respaldada por la legislación colombiana y los instrumentos internacionales”, comentó.
Zuluaga también asegura que la lucha contra la violencia hacia la mujer demanda colaboración entre áreas metropolitanas, especialmente en zonas como Dosquebradas, donde la coordinación es esencial. “La política pública enfrenta obstáculos, desde el acceso a la justicia para mujeres rurales hasta la dificultad en la representación técnica de víctimas debido al abuso de autoridad”.
HERRAMIENTAS
Su visión sobre el problema destaca que la patrulla púrpura, aunque ha mejorado la activación de rutas, aún enfrenta desafíos, como la restricción de recursos en la Secretaría de Salud. La necesidad de correcciones y mejoras persiste, exigiendo una evaluación exhaustiva de las medidas de atención y su impacto real.
En conclusión, mientras se reconocen avances, Risaralda se enfrenta a una realidad que demanda un compromiso más profundo y una acción coordinada. La equidad de género y la erradicación de la violencia contra la mujer deben ser prioridades absolutas, superando obstáculos y garantizando que todas las mujeres, independientemente de su ubicación o condición, gocen de una igualdad real y significativa.
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