Claudia Marcela Colpa y Liliana Loaiza Herrera claman para que sus hijos regresen a Colombia lo más pronto posible. Brandon Steven Loaiza y Johnier Felipe Gómez Loaiza, respectivamente, llevan meses detenidos en El Salvador bajo acusaciones que los relacionan con pandillas, sólo porque son extranjeros y usaban tatuajes.
Claudia Marcela y Liliana comparten historias similares. Sus hijos se encuentran privados de la libertad en El Salvador desde hace varios meses, sin comunicación. Tampoco se sabe nada de cómo han avanzado sus casos ante la justicia de ese país. Las dos madres hablaron con Noticias360 Digital para relatar con detalles, cómo cambiaron sus vidas desde que sus hijos están presos en El Salvador.
Brandon Steven Loaiza, de 19 años, viajó al país centroamericano el pasado 25 de enero y su mamá habló con él, por última vez, el 14 de febrero. “Es mu difícil porque mi hijo es un buen muchacho. No tiene antecedentes en Colombia y desde que su papá murió el se convirtió en la figura paterna de sus hermanas”, contó entre lágrimas Claudia Marcela Colpa.
La última vez que hablaron, la comunicación se vio interrumpida de golpe, debido a que Brandon fue detenido por las autoridades salvadoreñas bajo cargos de agrupaciones ilícitas. Sin embargo, ella afirma que la detención se produjo por un tatuaje que tiene su hijo y que las autoridades de ese país relacionaron, supuestamente, con una pandilla.
NO TIENEN ANTECEDENTES
Brandon, quien vive con su familia en el barrio El Danubio, de Pereira, apenas llevaba 15 días en El Salvador, cuando se vio involucrado en un accidente de moto. Tras el siniestro, la policía llegó al lugar. Descubrieron sus tatuajes y simplemente lo arrestaron, aunque dijeron que iba a ser rápido mientras investigaban su situación legal en el país.
Por su parte, Liliana Loaiza Herrera cuenta que su hijo, Johnier Felipe Gómez Loaiza, de 31 años, quien vive en Cartago, también se encuentra detenido en El Salvador desde el 14 de febrero, aunque había ingresado a ese país como turista desde el 22 de diciembre.
Según relató Liliana, él se encontraba como turista en ese país y fue detenido junto con Brandon durante un control migratorio. Al igual que el joven pereirano posee tatuajes, pero “no están relacionados con ninguna pandilla”. Ambas madres denuncian que sus hijos fueron acusados de delincuentes, sin pruebas.
la inicial del nombre de su mamá. Foto suministrada por la familia
Las madres están desesperadas por la poca información sobre el paradero y el estado de sus hijos. Según ellas, la Cancillería les ha brindado respuestas “a medias”, mencionando la necesidad de esperar y sin proporcionarles acceso a llamadas telefónicas para mantener contacto con ellos.
Además, están a la espera de la audiencia correspondiente, pero no han recibido información sobre la fecha en la que se llevará a cabo. La situación se agrava por el hecho de que, según, los privados de libertad en El Salvador deben pagar por su propia alimentación y por el colchón en el que duermen.
TIENEN QUE PAGAR
Para familias de escasos recursos como las de Claudia y Liliana, esto representa un desafío significativo, de unos $40 dólares semanales (160 mil pesos colombianos), ya que deben hacer malabares para cubrir estos gastos y asegurarse de que sus hijos tengan lo mínimo para subsistir.
La incertidumbre y la preocupación afectan profundamente a los familiares, especialmente a los hijos más pequeños de los detenidos. Jhonier es padre de un menor y éste ha tenido dificultades emocionales y actualmente recibe atención psicológica por la ausencia de su padre.
Claudia y Liliana hicieron un llamado a las autoridades colombianas para que intervengan y brinden apoyo en el caso de sus hijos. Según cifras de la cancillería, actualmente hay 35 ciudadanos colombianos privados de la libertad en El Salvador, desde que el presidente de ese país, Nayib Bukele, anunció la guerra contras las Maras (pandillas).
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