“Este país ya es lo suficientemente viejo en política como para saber en qué condiciones un funcionario de libre nombramiento renuncia”, dijo Reinaldo Loaiza. El exsecretario de educación de Pereira aclaró que jamás fue presionado para apartarse del cargo. Por el contrario, fue una decisión que busca lo mejor para el municipio.
“Todos mis asuntos personales, incluso los financieros están en completo orden”, señaló Loaiza antes de explicar las difíciles circunstancias para generar normalidad académica en el inicio del calendario, que en los “últimos 12 años no ha tenido un comienzo completamente normal”.
PROCESO DIFÍCIL
Agregó que era una tarea titánica, ya que tenía 35 días para resolver los problemas que arrastraba el sector educativo de los últimos cuatro años. “Hay una contratación directa que hace la Secretaría de Educación y que corresponde a tesorera, secretarias auxiliares, operativos bibliotecarios y otros cargos, que para el caso de la ciudad de Pereira son cerca de 350 puestos de trabajo”, dijo.
Explicó que los procedimientos estatales para hacer un proceso de contratación son tediosos, desde el ingreso a una plataforma, la cual “en el inicio del año están utilizando todos los funcionarios públicos de Colombia y que genera una congestión del sistema”. Agregó que ese proceso, en ocasiones requiere de la contratación de un tercero que sepa manejarla para que poder subir todos los documentos. Ese punto ya es una limitación.
“Además, para que una persona acceda al empleo debe cumplir con 23 requisitos y esos no dependen de la Alcaldía de Pereira, ni de la Secretaría de Educación, ni del secretario, ni siquiera del alcalde. Dependen directamente de la persona, la agilidad con que recoja los documentos que en promedio son por ahí 15 días y si eso los multiplicamos por 350 empleados, nos da un tiempo representativo de lo que demora hacer la contratación del personal”, detalló Loaiza.
Criticó la postura del Sindicato de Educadores de Risaralda y el reclamo ante la falta de personal, pero argumento que jamás los vio en la Secretaría de Educación, “preguntando porque era la demora”. Señaló que estos sectores jamás ofrecen ayuda para acelerar los procesos, nio visitar los colegios para pedir paciencia por lo engorroso que resulta la contratación.
“No cuentan que se haya favorecido con esa gestión y con esa contingencia cerca de 28.000 niños con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), tampoco que con la gestión se hayan favorecido acerca de 3.500 estudiantes en el transporte escolar y menos que se haya favorecido a 55 mil estudiantes con la póliza escolar”, completó.
VISITA A LA CARBONERA
El exsecretario dijo que la visita del alcalde Mauricio Salazar, la semana pasada al Colegio La Carbonera, en el corregimiento de Caimalito, generó algún tipo de molestia entre los educadores, debido a que se utilizó un video para mostrar sólo parte de la conversación.
“Hay personas al interior de las expresiones sindicales, que piensan que el secretario de Educación, el alcalde o el gobernador tiene la varita mágica. Hay una buena intención de dar una respuesta inmediata al problema”, aclaró.
Señaló que la idea de llevar un tanque para dar solución a la falta de agua era algo provisional, pero que luego; en lugar de prestar colaboración, algunos educadores le agregaron controversia a la reunión entre las autoridades y la comunidad educativa.
“Incluso, usaron a los niños para hacernos la propaganda. Yo pertenezco a una generación de docentes que sabíamos que al comienzo del año siguiente teníamos que llegar al aula de clase con un trapito y con un pañuelo para ponernos en las narices y limpiar”, expuso.
Para eso, a su juicio, se aprovechó la situación de La Carbonosa para que “ciertos sectores iniciaran lo que estaban esperando: el espacio, el momento para salir a figurar con reclamaciones”, que aunque reconoce que son válidas, “es mejor solicitar espacios de diálogo para conocer las razones del por qué hay problemas”.
Loaiza resumió que en sus últimos días como secretario el proceso de contratación se fue normalizando, al punto que desde el viernes se vincularon unos 40 empleados y, según, al lunes siguiente, ya habían llegado como a 120. “35 días me dieron como para responderle al sector educativo por los cuatro años anteriores”.
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