A Pereira aún la persigue el flagelo de la explotación sexual infantil

In Especiales
junio 08, 2023

Pereira, la trasnochadora y morena. La ciudad sin puertas. Es también un símbolo de decadencia donde incontable número de niñas, hoy en día, pleno siglo XXI, siguen siendo golpeadas por una pobreza que las empuja hacia el camino de la prostitución.

Según la Personería de Pereira, en sus registros de 2022 tienen una cifras de al menos entre 50 y 60 casos de niños y niñas que son explotados sexualmente, muchos a cambio estupefacientes. Otros, por unas escasas monedas.

Noticias360 Digital conoció la historia de “Aleja”, una adolescente de 16 años que un miércoles cualquiera del año toma un bus que la lleva hasta la plazoleta Ciudad Victoria. Desde allí, a escasas dos cuadras, se encuentra con el Parque de La Libertad. Su lugar de trabajo, donde consigue para llevar algo de comer a casa todos los días.

Nuestro primer encuentro fue fortuito. Con algo de timidez, se acerca y me pregunta si puedo completarle el pasaje. Luego sonríe, aunque con ojos aguados y dice: “tengo que llevarle mucho dinero a mi mamá”.

Las preguntas simplemente se fueron dando a medida que el bus avanzaba en su recorrido. Le pregunté el por qué la historia fue aún más triste. Su mamá murió hace algún tiempo de cáncer y hoy, una tía, a quien quiere como si fuese su progenitora, simplemente la azota la misma enfermedad.

No son muchos en su casa. Humilde vivienda ubicada en el barrio Guayabal, de Villasantana. “Aleja” tiene cuatro hermanos; dos de ellos están en la cárcel, otro “se entregó al vicio”, según su propio relato, y el mayor de todos tiene su propio hogar. Sus propias responsabilidades. “Él ayuda con lo que puede”.

Al parecer, hoy en día las oportunidades no son para todo el mundo en la “Trasnochadora y Morena”. Ella, “Aleja”, debería estar cursando el grado 11, pero tuvo que cambiarlo por la prematura experiencia del sexo con personas no deseadas.

“A veces, si el día es bueno, llevo a mi casa 100 ó 120 mil pesos. Cuando el día no es tan bueno, puedes regresar con 15 mil. A veces ni siquiera regresa porque no alcanza para el pasaje”, cuenta la niña.

Aunque tiene 16 años, la joven de pelo largo y rojizo sabe moverse en las calles. Una amiga del barrio fue la primera que le explicó cómo debía hacer las cosas, pero luego no pudo guiarla más. Ya la otra joven tiene 19 años y consiguió trabajo como modelo webcam, algo a lo que uno puede acceder “Aleja” porque no es mayor de edad.

Confiesa que a veces siente miedo, porque muchos de sus clientes están drogados o bajo los efectos del alcohol. “Hay momentos en los que llegan a mi lugar y solo quieren que yo haga cosas sin que ellos me toquen y cuando no hago lo que quieren se ponen agresivos. Menos mal hay gente que me cuida”, contó.

Ella no trabaja en un establecimiento comercial. “No me gusta estar parada en la puerta de los negocios. No quiero boletearme de esa manera”, dice. Gracias a su amiga aprendió a conseguir clientes, casi siempre son los mismos.

De sus ganancias diarias paga una habitación en una residencia y a eso es lo que ella llama “mi lugar”. También colabora con “los muchachos de la zona” para que otras personas no le hagan daño. No se metan con ella. Sabe que su tía le queda poco tiempo de vida, así que después que ella muera pensará en si regresa o no al Parque de La Libertad. Un nombre, que de por sí, ya le queda grande a ese sector de la ciudad.