En Risaralda, los centros de detención están al límite

In Eje Cafetero
junio 14, 2024

El hacinamiento llegó a niveles alarmantes. Desde la Personería Municipal de Pereira advierten que la situación vulnera los derechos humanos de los privados de la libertad, pero también representa una tarea difícil para las autoridades penitenciarias y hasta para la Policía Nacional.

Sobre la Unidad de Protección para la Vida (UPPV) no hay un diagnóstico que explique cómo está el hacinamiento. Según María Elena Calle, personera encargada de Pereira, en la actualidad se reportan 220 internos en una infraestructura que debería albergar solamente a 120 privados de la Libertad.

Por su parte, la Cárcel La 40 enfrenta un hacinamiento del 44%. Este centro penitenciario, actualmente alberga a unos 934 internos, superando ampliamente su capacidad original, fijada en 649 personas.  La sobrepoblación estaría generando condiciones insalubres, entre otras dificultades.

La Estación Pereira presenta un hacinamiento del 50%, con una capacidad diseñada para albergar a 12 internos, pero actualmente custodia a 18 personas. Esta sobrecarga compromete la seguridad y el bienestar tanto de los detenidos como del personal policial.

Adicionalmente, en los calabozos de la Sijin, se encuentran 29 personas privadas de la libertad. Este recinto, destinado originalmente para detenciones temporales, no está equipado para manejar tal número de internos por períodos prolongados.

En la estación de policía de El Remanso se encuentran 3 personas privadas de la libertad, mientras que en la estación Cuba hay 2 internos. Aunque los números pueden parecer menores, estas estaciones no están diseñadas para alojar a internos de manera prolongada.

Calle explicó que, el principal problema radica en los centros de detención transitorios, debido a que estos lugares, que deberían manejar la custodia temporal de detenidos, se han convertido en centros de retención prolongada debido a la falta de espacios adecuados en las prisiones formales.

Las autoridades deben implementar estrategias efectivas para ampliar la capacidad de los centros de detención, mejorar las condiciones de los internos y asegurar que los centros transitorios no se conviertan en prisiones de facto.

Por ahora, la solución a mediano plazo sería la cárcel de El Pílamo, cuya construcción estaría por finalizar en unos dos años. Este recinto tendrá capacidad para albergar a unos 1500 privados de la libertad.