El horrible caso de maltrato infantil en Santa Rosa de Cabal, hoy, puede contar una historia diferente y feliz. Los dos hermanitos viven en nuevo un hogar y comenzaron a estudiar. Es un proceso que, con el apoyo de la familia, busca sanar las heridas psicológicas de estos angelitos.
El coronel Héctor Daniel García Acevedo, comandante de la policía de Risaralda, ofreció detalles del dramático rescate de los dos menores de cuatro y cinco años, el pasado 25 de enero, en una vivienda del barrio San Vicente.
Según, la madre de los menores y su padrastro están actualmente detenidos y enfrentan cargos por maltrato infantil y tortura, delitos que podrían conllevar una condena superior a los 15 años de prisión.
El rescate se llevó a cabo gracias a una intervención oportuna de la policía, que respondió a una llamada recibida en la estación de Santa Rosa. Una patrulla de infancia y adolescencia acudió al lugar indicado, donde encontraron a los niños en una situación alarmante: el niño estaba atado de pies y manos, y tanto él como su hermana presentaban heridas y quemaduras en los brazos.
Tras rescatar a los menores, las autoridades detuvieron a la madre (Mitchell Yuliana Flórez Martínez) y al padrastro (Daniel Ochoa). El comandante García describió el caso como “terrible”, destacando que durante la audiencia de imputación se les acusó por tortura y lesiones personales.
Sin embargo, la tragedia dio paso a un notable acto de solidaridad por parte de la comunidad risaraldense y las autoridades locales. “Los niños fueron llevados al hospital, donde recibieron atención médica y el apoyo del alcalde de Santa Rosa (Paulo Gómez) y la primera dama, quienes hicieron todo lo posible para que rápidamente se le brindara apoyo psicosocial”, dijo García.
Además, gracias a la colaboración de la comunidad y las autoridades, se logró proporcionar a los niños un ambiente más seguro y confortable. Uno de nuestros policías inició una campaña para conseguirles camas, colchones y una habitación adecuadamente organizada”, reveló el coronel.
Asimismo, se estableció también un programa para que los menores pudieran retomar sus estudios, destacando el compromiso de los docentes y la comunidad en brindarles una nueva oportunidad.
El García Acevedo hizo un llamado a la comunidad a proteger a los niños, niñas y adolescentes, recordando una máxima antigua: “Eduquemos al niño para no tener que castigar al hombre”.
Agregó que este caso, aunque doloroso, muestra la importancia del trabajo conjunto entre las autoridades y la sociedad para garantizar el bienestar de los más vulnerables.
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