La llegada de nuevas víctimas de desplazamiento habría puesto en peligro la integridad de colaboradores y personas que habitan en Fénix, el albergue para población víctima ubicado en Pereira. Una informante le contó a Noticias360 Digital que las amenazas son de todo tipo, “incluyendo de muerte”.
En medio de la difícil situación que enfrentan las personas desplazadas y que buscan refugio en Pereira, surge una nueva problemática: el creciente comportamiento agresivo y desafiante de algunos que llegaron a este lugar en calidad de víctimas.
Quienes han transitado por experiencias de desplazamiento, como lo relata una testigo que vivió personalmente esa situación, buscan en estos lugares solo dos cosas: tranquilidad y la oportunidad de reconstruir sus vidas.
Sin embargo, recientemente se ha observado un comportamiento agresivo por parte de “ciertos individuos que declaran ser víctimas, generando tensiones y conflictos que afectan la armonía del refugio”, contó.
La falta de conocimiento acerca de la veracidad de las declaraciones de victimización complica el panorama. “En muchas ocasiones no se sabe si realmente son víctimas o si son integrantes de bandas criminales que llegan de otros departamentos”, dijo el testigo.
Lo más difícil de la situación es que no se cuenta con herramientas para determinar si estas personas son realmente víctimas. A los colaboradores les preocupa que, presuntamente, no cuentan con apoyo de las autoridades para realizar investigaciones formales.
“La atmósfera dentro del albergue se ha tornado hostil, con individuos mostrando una actitud grosera y desafiante. La agresividad ha escalado de amenazas verbales a agresiones físicas, creando un ambiente tenso y peligroso para los funcionarios encargados del lugar y para los propios residentes”, relató.
Recientemente, la situación llegó a un punto crítico, resultando en la expulsión de algunos residentes. A pesar de la orden de un juez de la República para su reintegro, persisten las preocupaciones sobre la seguridad y la posibilidad de mayores incidentes, especialmente dado que se han presentado peleas y amenazas entre los desplazados.
“Hace poco, una chica indígena le tiró la comida en la cara a un colaborador y luego le hicieron más amenazas verbales. Está es una situación que a veces es difícil de controlar. Hace falta la intervención de autoridades”, señaló un afectado.
Actualmente, la mayoría de desplazados llegan desde el departamento de Antioquia y según, son los más agresivos con el personal que labora en el albergue.
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