“No existe limitación más grande que nuestra propia mente”. Así describe Geraldine Rodríguez su vida. Todo en una sola frase: poética y llena de amor. Es un ángel que pinta y hace música con sus pies. Toda una historia de superación.
Esta mujer, que el próximo 17 de noviembre cumplirá 30 años, viven en el municipio de Guamal, departamento del Meta. Tiene siete hermanos y junto a sus padres completa una numerosa familia de diez integrantes. El padre José Rodríguez y la madre Ángela Salazar. También está Diana, Carolina, Víctor, Jeisson, Katherine, Geraldine, Dayana y Eliana, sus hermanos.
Geraldine, nació sin sus extremidades superiores y las inferiores presentan deformación. El diagnóstico médico señaló que vendría al mundo con el síndrome conocido como Amelia, que es una malformación congénita que se caracteriza por la falta de uno o más miembros, sean superiores o inferiores; el cual, se presenta en una persona por cada mil.
Esto no ha sido impedimento en ninguno de los aspectos de su vida. Sus hermanos, a través del vínculo fraterno único y propio de las familias, se convirtieron en ese apoyo que hoy le ha hecho disfrutar de sus actividades de la niñez y su juventud.
Actualmente, varios de sus hermanos, cumpliendo la mayoría de edad, han construido sus propias vidas, creando sus propias familias, replicando los mismos valores y virtudes con la que crecieron. En el seno del hogar, continúan sus padres junto con Geraldine y una de las hermanas más pequeñas, con quien comparte cada día y se convierte en su compañera de aventuras.
Con el paso de los años, su padre José Luis, trabajador en la construcción y su madre Ángela, ama de casa, junto a su hija quien aún los acompaña en casa, han logrado recrear un mundo lleno de sueños y fantasías para Geraldine. Con escasos recursos y limitaciones económicas, la imaginación e ilusiones permite a la familia Rodríguez Salazar forjar un entorno armónico y seguro para su hogar.
Hoy, Geraldine cuenta con 29 años de edad, pero su razonamiento intelectual se asemeja a la de una pequeña de 12 años. Día a día, su desarrollo ha demostrado una capacidad artística sublime, donde por medio de su boca y con ayuda de su pie izquierdo plasma ideas y pensamientos en lienzos con lápices, colores y pinturas. Algunas de sus obras, son el mayor regalo para sus padres y hermanos quienes han encontrado en ella, una motivación excepcional en la vida.
A través de sus ojos y movimiento, la comunicación sería mayormente comprendida por su señora madre, quien identificó cada una de las necesidades e ideas de Geraldine. Con sus gestos, se logra dar a entender; pero desde el momento en que comenzó a brindar las primeras palabras, su mundo se expandió dando a conocer sus sueños.
En su natal Guamal, Geraldine se ha convertido de un referente para todas aquellas personas que la conocen, ya que participa en actividades recreativas del municipio, sin dejar a un lado su pasión por el arte, y a paso sobre su patineta, se suma la música llanera, típica de esta región, y que, con su instrumento favorito: las maracas, demuestra a más de uno cómo se debe tocar.
Muchas de las actividades locales han sido acompañadas por el Grupo de Infancia y Adolescencia del Departamento de Policía Meta, quienes se toparon con Geraldine y quisieron apoyar cada uno de sus sueños y proyectos. El señor intendente Wilmer Herrera, integrante de este grupo de la Policía, comenzó la loable misión que desborda todas aquellas expectativas de lo condicional.
La primera, conocer al comandante de la Policía del Meta. Poco a poco, uno de sus anhelos se convirtió en realidad, pues en las mismas instalaciones de Comando de la Policía del Departamento del Meta, se encontraba el coronel Jeison Freddy Sora Cruz, quien la estaba esperando para brindarle un saludo especial por parte de cada uno de los miembros de la institución.
Al llegar, la felicidad estalló. La euforia y alegría de Geraldine, así como la de su señora madre quien la acompañó, se sintió toda la base policial. En palabras del señor coronel Jeison Sora, quien les entregó la moneda representativa del comando de Meta, compartió: “El honor es para nosotros poder conocerla. El día de hoy en frente de Geraldine, un ángel de Dios, sobran las palabras para reconocer lo que se siente en el corazón.”
En su visita, no podría faltar el caracterizar uno de los miembros de la Policía. Conociendo la labor de cada uno de ellos, compartiendo con los equinos del grupo de Carabineros, o con los miembros de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), entre muchas otras actividades de integración institucional, así cumplió su sueño.
Ahora se dio el paso a la Policía Nacional, donde, por parte de una gran coordinación, se brindó a Geraldine y su madre, una visita a la ciudad capital, Bogotá, donde visitó por primera vez un parque temático de atracciones mecánicas (Mundo Aventura). Con su contagiosa felicidad, cada uno de los acompañantes celebró esta majestuosa esencia de su inocencia y serenidad.
Y mientras, compartió y disfrutó de cada una de las atracciones en el parque de diversiones, se estaba orquestando una celebración aún mayor, sus cumpleaños. Ya próximo a cumplir los 30, Geraldine, sobre su patineta, fue sorprendida por el señor general Nicolás Alejandro Zapata Restrepo, el subdirector general de la Policía Nacional, quien al tanto de este maravilloso día, preparó todo lo necesario para la llegada.
Música, cantos, aplausos y todo lo demás, anunciaron la llegada de Geraldine y su mamá a la oficina del general Nicolás Zapata, quien les dio la bienvenida, las abrazó y compartió con ellas su torta de cumpleaños.
Para la Policía Nacional la sorpresa va más allá, pues ya estaba preparado todo un día de esparcimiento y diversión en un centro comercial, una película en sala de cine y una maravillosa visita al museo de la Policía y parque Jaime Duque.
La vida en muchas ocasiones nos presenta obstáculos, uno fáciles otros más difíciles. Al lado de Geraldine, se aprende que hay limitaciones en el mundo para lograr grandes cosas, que cada uno puede lograr lo que desee siempre y cuando no se rinda en el camino.
Desde sus vivencias, Geraldine nos demuestra que no existe la palabra imposible. Ella sin conocer el significado de esta expresión, enseña que la fortaleza nace del corazón y de los verdaderos sentimientos.
Texto de la Policía Nacional
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