Henry Garzón Jiménez es un conductor de taxi de 43 años que el pasado 24 de agosto sufrió uno de los episodios más espeluznantes de su vida. Recién iniciaba su turno cuando fue víctima de un brutal ataque con arma blanca. Dos hombres lo agredieron a cuchillo dentro del vehículo y le propinaron 15 puñaladas.
La experiencia de Henry se traduce en una sola frase: “la vida me dio una segunda oportunidad”, relató el hombre tras 20 días internado en una clínica donde aún se recupera de las heridas.
Henry le contó a Noticias360 Digital lo que sucedió aquella noche. “Recogí a dos muchachos. Eran muy jóvenes, uno de ellos tenía como 16 años. Me dijeron que los llevara hasta Guayabal (Villasantana) y de ahí me pidieron que los llevara hasta el Danubio. De un momento a otro comencé a sentir los chuchazos en el cuello”.
Entre la desesperación y el instinto de supervivencia, Henry tomó un cuchillo que tenía en la puerta del vehículo y logró herir a uno de los agresores. Esto hizo que ambos huyeran. Fue entonces cuando el hombre salió del lugar y condujo hasta el hospital de Kennedy, pero al llegar a la puerta de emergencia se desmayó.
“Yo creo que la intención de ellos era matarme y luego me iban a robar, pero al momento en que me atacaron no me quitaron nada. Lo único es que de un momento a otro comencé a sentir las heridas entre el cuello y el oído. Fue desesperante”.
LA SEGUNDA BATALLA
Tras vencer a la muerte, Henry ahora libra un nuevo combate, pero esta vez frente a un sistema de salud al que él mismo calificó de “inepto e incapaz” debido a que desde hace más de 20 días espera por una cirugía y aún no se la han autorizado.
Las múltiples heridas que recibió en su oído derecho le afectaron varios nervios y músculos que hoy no le permiten comer bien de ese lado y mucho menos hablar de manera fluida. Por esa razón necesita la intervención quirúrgica.
“Sería bueno que la EPS autorizara ya la cirugía. De esa manera ya podría salir de la clínica y cederle esta cama a otro paciente que seguramente lo necesita más que yo”, relató el taxista.
A CONTINUAR
Según este hombre de 43 años, la experiencia o ese repentino encuentro con la muerte le cambió la vida y hasta la forma de pensar. Hoy, no solamente es uno de los pocos que han sobrevivido a la inseguridad, sino que todo esto lo convirtió en un hombre más luchador.
“Esperamos que me hagan la cirugía rápidamente. Luego tengo que recuperarme bien. Actualmente es muy poco lo que puedo escuchar por el oído derecho, pero cuando salga acá, sé que seguiré siendo un taxista. Es lo único que he hecho en los últimos 23 años”.
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